El pasado fin de semana, Mas Moelen celebró un retiro muy especial en Cortijo La Loma, un lugar mágico donde la energía invita a la transformación. Con solo ocho habitaciones cuidadosamente diseñadas, rodeadas por la belleza salvaje del Parque Natural de Cabo de Gata, este espacio se convirtió en nuestro refugio para cerrar ciclos y abrirnos a lo nuevo.
Desde el primer instante, la intención estuvo clara: soltar lo viejo, agradecer lo vivido y prepararnos para lo que viene. No es algo que se pueda explicar fácilmente, porque solo puede entenderse si se vive. A través de cada experiencia, cada práctica y cada encuentro, este retiro se convirtió en un viaje hacia el interior, donde cuerpo, mente y alma encontraron un espacio para descansar, sanar y renovarse.
Un viaje a través de cada día
Día 1: Llegada y bienvenida
Nada más llegar, cada asistente recibió un welcome pack lleno de detalles cuidadosamente elegidos para enriquecer la experiencia. Aceites esenciales, infusiones de hierbas, pequeños amuletos y elementos para los rituales formaron parte de este kit, pensado para acompañar el proceso de transformación.
La primera práctica de yoga nos permitió soltar las tensiones del viaje y empezar a conectar con la intención del retiro. Una sesión fluida de Vinyasa abrió el espacio para la introspección, preparando el cuerpo y la mente para el fin de semana. La cena, diseñada con productos locales de km 0, fue el inicio de nuestra alimentación consciente, favoreciendo la detoxificación del cuerpo mientras nutríamos el alma con cada bocado.
Día 2: Profundizando en el proceso
Desde primera hora de la mañana, la práctica de yoga nos invitó a movernos con intención. Una sesión de Vinyasa dinámica nos ayudó a despertar la energía vital, preparándonos para un día de transformación. Tras un brunch delicioso y equilibrado, donde sabores y texturas sorprendieron a cada asistente, nos sumergimos en talleres y rituales diseñados para trabajar en nuestro propósito de cierre de ciclo.
El taller de aceites esenciales con Pranarom nos permitió crear nuestra propia esencia personal, un anclaje aromático para conectar con nuestra intención. Más tarde, la meditación y el baño de Gong nos transportaron a un estado de calma profunda, ayudándonos a liberar lo que ya no necesitábamos cargar.
Por la tarde, la sesión de Yin Yoga nos llevó hacia la quietud, abriendo espacio en el cuerpo y la mente para integrar todo lo vivido. La jornada terminó con una meditación con velas, un momento íntimo donde cada uno pudo visualizar su nuevo camino, dejando atrás lo que ya no le servía.
Día 3: El renacer
La última mañana nos recibió con una sesión de yoga restaurativo, un cierre perfecto para este proceso de renovación. Cada respiración, cada movimiento, nos recordaba que ya no éramos los mismos que habíamos llegado.
El ritual final fue el momento más poderoso del retiro: con flores en las manos, cada asistente ofreció su ramo a la tierra, dejando atrás lo que ya no necesitaba y sembrando su nueva intención. Un acto simbólico pero profundamente transformador.
El desayuno de despedida fue un momento de conexión y gratitud, donde las palabras sobraban porque la energía hablaba por sí sola. No hacían falta explicaciones, todos sabíamos que algo había cambiado dentro de nosotros.
Un agradecimiento especial
Nada de esto habría sido posible sin la calidez y hospitalidad de Cortijo La Loma, un lugar que nos hizo sentir en casa desde el primer instante. Cada detalle, cada espacio, cada rincón diseñado con mimo, nos envolvió en una atmósfera de calma y autenticidad que potenció aún más la magia del retiro.
Gracias a todo el equipo de Mas Moelen y Grupo Olivencia por hacer de esta experiencia algo inolvidable. La dedicación, la pasión y el amor que pusieron en cada momento se sintieron en cada rincón de este encuentro.
Pero, sobre todo, gracias a las personas. A quienes vinieron sin pensárselo, confiando en este proceso. Vosotros sois el alma de Mas Moelen, la razón de ser de este proyecto. Gracias por abrir vuestro corazón, por compartir vuestra energía, por hacer que cada retiro sea único e irrepetible.
Nos llevamos de este fin de semana no solo recuerdos, sino transformaciones. Y eso, simplemente, no tiene precio.
Hasta el próximo encuentro.
Marina